Cuando llegas al punto de tener que morderte para que sea mas fuerte el dolor físico que el de tu corazón, y que el psicológico, cuando siento que mis manos están sangrando por haberlas restregado contra la pared, y me miro y siento que no puedo parar de llorar porque es como si hubiera perdido el control de mi cuerpo, cuando de tanto gritar, de no poder conciliar el sueño, cuando siento que el mundo se me viene encima y entonces, me mareo, pierdo el rumbo y me caigo al suelo, se me hace difícil levantarme, cuando me veo rasguños en los brazos y moretones ocasionados por mí, por mi arrebato de querer acabar con todo hasta conmigo misma...caigo en que nada de lo que estoy haciendo es bueno para mí ni para los que me rodean, me preguntó porque llegué a tal punto y recuerdo como me sentía en el momento en que hacía lo que hacía.
Sentía rabia, impotencia, dolor, furia, odio, rencor, y sobretodo...tristeza y decepción con el mundo.
Me he destrozado, por dentro y por fuera, por el hecho de no querer adaptarme o tal vez no poder y aún así seguir haciéndolo e intentándolo, por amor a lo que tengo conocido y miedo a lo que me falta conocer, por desconocer lo desconocido, por ver lo negro, por verlo oscuro, por no ver la salida, cuando la salida siempre es la entrada, sinceramente no he acabado conmigo pero estoy al límite.
Aveces la sinceridad es la base de la aceptación, de que yo acepto lo que hago, de que yo te lo admito, ganó mucho con eso, con ser capaz de no negar mis errores, de abrir mis manos a todos, para demostrar lo fácil que es el echo de ser sinceros no solo con los demás si no con nosotros mismos, pero a pesar de que lo admita, de que tenga claro que no estoy actuando bien conmigo, sigo haciendo lo mismo, sigo machacándome pensando que tal vez...algún día el final, no sea el mismo de siempre, sueño con que algún día, en algún momento mis lágrimas, se acaben.
bonito blog, aqui te dejo el mio para que te hagas seguidor, gracias.
ResponderEliminarhttp://ejerciciofisicoybienestar.blogspot.com.es/